Existen diferentes tipos de biomasa del mismo modo que existen diferentes equipos para su aprovechamiento, entre los que podemos encontrar todo tipo de estufas, chimeneas, cocinas domésticas, district heatings y calderas para distintos tipos de usos, principalmente para generación de calor y para la obtención de energía.
Hoy en día el uso de la biomasa convencional (leña) se está sustituyendo por el uso de pélets, lo cual reporta ventajas significativas respecto a la leña, tanto para el confort de las personas, puesto que el poder calorífico de los pélets es mucho mayor que el de la leña, como para el cuidado de los equipos de combustión y del medioambiente.
A mitad de camino entre la leña y los pélets se encontrarían las astillas. Las astillas son trozos de madera de entre 5 y 100 mm de longitud y su calidad varia en función de la materia prima, de su procedencia, de su recogida, de la humedad y de la tecnología usada para la obtención del astillado. En definitiva, se trata de trozos de madera que al igual que la leña no contienen ningún tipo de aditivo. Sólo es necesario contar con la materia prima y maquinaria de astillado adecuada para su obtención.
Existen diferentes estándares y normas de calidad de referencia a nivel nacional e internacional. A nivel nacional las normas de referencia son la UNE, Din y Önorm, a nivel europeo son las normas CEN y fuera de Europa a nivel internacional son las normas ISO las que determinan la calidad de las astillas. A su vez, son sometidas a programas de certificación entre los que se encuentran: la certificación de calidad de Biomasud, la de DIN plus y la de DBOSO (desarrollado por CTFC).
Un aspecto fundamental que influirá en la calidad de las astillas es el secado de la materia prima, bien de manera natural o artificial. Cuanto más húmeda sea la astilla, más difícil será la combustión y mayor será cantidad de emisiones y combustible necesaria para el buen funcionamiento de la caldera, lo que se traducirá en un aumento del gasto y en un mayor desgaste del equipo. Por ello, aconsejamos la utilización de pélet en sustitución de la astilla o de la leña, que tienen menor poder calorífico, además de otra serie de inconvenientes ligados principalmente a su almacenamiento y transporte.
Para la obtención del pélet, se necesita un pre-tramiento del material (astillado), y para ello es necesario contar con diferentes equipos que nos permitirán conseguir reducir el material a un tamaño homogéneo y obtener un grado de humedad óptimo, que influirá posteriormente tanto en la calidad del pellet, como en el mantenimiento y rendimiento de los diferentes equipos de combustión. Existe un amplio abanico de opciones en equipamiento para la obtención del pélet en función del residuo que vayamos a utilizar, de su modo de accionamiento y de si nos interesa un equipo fijo o móvil:
Las astilladoras constan de un disco de cuchillas y están indicadas para troncos y ramas. En algunos casos incorpora cribas para la obtención de medidas de material estandarizadas. Admiten material húmedo.
Las destrozadoras cuentan con un rotor lento de dientes. Son indicadas para maderas de formas irregulares, (palets, listones, tacos,…) e incorpora cribas para la obtención de medidas de material estandarizadas.
Los molinos refinadores constan de un rotor de ejes con cuchillas y/o martillos, que reduce el material a medidas inferiores a 20 mm y también incorpora cribas para la conseguir un material de medidas estandarizadas.
En Ecofricalia contamos con un equipo experto a vuestra disposición para el asesoramiento de todo tipo de proyectos encaminados a la producción de astillas, así como para la producción de pélet. Nos avala una amplia experiencia en el montaje de peletizadoras domésticas e industriales y disponemos de una amplia gama de maquinaría industrial de la mejor calidad, de fabricación nacional y europea.